Mantra

Repito su nombre mil veces todas las noches mientras descanso en mi cama a ver si me aparece su figura maldita deslizante bajo mis sabanas.

¿Será que he quedado atrapada en su hechizo? ¿Será que no tengo escapatoria más que rendirme a su embrujo, a esos labios que desbordan todo lo prohibido?

Y es que me niego a olvidar esos cabellos que brillan como el sol en primavera, esos ojos capaces de desmantelar cada pensamiento, esa sonrisa cautivadora, esas manos expertas.

Temo despertar y encontrar su cuerpo junto al mío, no sabría reaccionar, ¿será capaz mi alocada alma de aferrarse a otra alma sin más? ¿No será miedo al rechazo? Temo, al mismo tiempo lo anhelo.

Y así me tengo que conformar con su imagen creando estragos en mi mente, y conformarme con repetir su nombre junto a mi almohada, repetir su nombre como un mantra, como lo más sagrado que poseo.

Algo.

Corro y corro, cada vez más rápido.
Todos pasan a mi lado como fantasmas
Me detengo, respiro, no puedo más
Me siento libre, quiero volar
Pero mis pies no me dejan,
Estoy atada a este cuerpo.

En ese momento lo vi,
Estaba parado en la estación
Llevaba una playera carmesí
Y unos ojos soñadores
Dispuestos a conquistar el mundo

Entonces me sentí indefensa,
Sentí que esos ojos podían desarmarme
Entonces tome valor y me acerque
Lo miro, el me mira y sonríe con dulzura
No puedo dejar de mirar
Creo que he caído en su trampa